sábado, 9 de febrero de 2013

una nueva presentación


POSTALES PARA UN INVIERNO NUCLEAR

 

 

  A veces se trata sólo de sobrevivir a un invierno nuclear, imágenes o sonidos que permanezcan en el interior de nuestras pupilas, como el arañazo de un gato; a tantas y tantas fotografías que marcan el final de esa belleza inconsciente.

  En esta ciudad de derivaciones y exorcismos new romatics quedan los retratos esparcidos, las lápidas de la juventud violenta, los ancianos vivientes huyendo de una Hiroshima en llamas, a pesar de la insistencia de un paisaje invernal que no cesa en sus artificios. La eterna posibilidad de la belleza -cruel y ética- que reside en la mirada de las estatuas.

 

 

 

                                                                                                                 JOSE GABARRE

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